viernes, 7 de marzo de 2014

"La persona a la que me gustaría conocer" y mensaje oculto entre las runas.


Mi debilidad son los cuenta cuentos. Quizás porque padezco de la misma enfermedad, pero me atrapa la gente que puede envolver con sus palabras al hablar, al contar la más mínima cosa. El carisma, el cinismo, la amargura del final de la anécdota que deja pensando: una pequeña sed tras la historia, la sed de que la persona continúe.

Como si no fuera poco, me siento increíblemente atraída hacia las personas que saben mucho, de lo que sea, y que se apasionan por ello: podría sentarme horas escuchando a una persona hablar de mecánica automotriz si a ésta le gusta, tiene la labia para hacerlo y la voluntad de contarme. Me encanta aprender, y me gusta la gente que ha aprendido tanto, pero todavía tiene el fervor de querer más, de que siempre será poco y que eso es lo que lo hace interesante.

Fue hace tiempo que descubrí su rinconcillo en internet. Leí sus entradas hasta que las fechas retrocedieron lo suficiente como para detenerme a pensar que invadía el espacio de una persona. Si bien la palabra "lolita" me llevó a su blog, fueron las palabras que salían de su boca las que me hicieron quedarme.

No actualizaba mucho, pero leía cada escrito como si fuera el periódico matinal, envuelta en sus palabras, imaginando los escenarios, pensando qué haría yo en su lugar, o si alguna vez me había pasado algo parecido.

Y sin embargo me parecía tan lejana. Sus reflexiones eran sólo una cosa resumida de la tromba de ideas en su mente, o al menos eso yo pensaba. Sus amigos, su escuela, sus libros, su trabajo, su familia: ella. No tenía ni idea de nada, pero yo sólo estaba prendada de su perspicacia, su agudeza, y esa falta de información que me hacía querer saber más.

No podía comentar nada. Ella era 18723642347 unidades de huevo más genial que yo, más centrada, más culta, con una mente más receptiva a la iluminación del cosmos y yo era una desconocida del internet que leía su blog.

Publicó un buen día una entrada sobre el lolita y el feminismo y pensé "It's your time to shine, little waffle!": por fin uno de mis temas de los cuales me sentía lo bastante segura y apasionada como para iniciar contacto.
A su siguiente entrada citó mi comentario y no hay tonalidad de rojo definida -ni vestigio- para el color de mi cara cuando lo leí.

El siguiente paso fue seguirla en tuíter (sólo para que vean lo ranchera que soy, a un año de leerla, el siguiente paso era seguirla en tuiter. Por eso sigo soltera, de veras...). Gracias al followback tuve que enfrentarme a mis miedos e inseguridades y dejar de ser una cara anónima, dejarme conocer y conocerla más.

Aún así tengo que tomar mucho valor para mandarle algo, hablar poquito, porque soy un manojo de timidez y un caso perdido.

SEXTA ACTIVIDAD
"¿A qué lolita con quien nunca has cruzado palabra te gustaría conocer y por qué?

(Sugerido por: Kyusagi Nachtstern)
(Ojojojo la ironía...)

"Puede ser o no de tu país o tu ciudad, no importa si no habla tu idioma. No cuenta si has hablado con ella/él por chat o face ¡tiene que ser alguien con quien nunca hayas hablado c:!
Parte del reto sería animarse a contactar, pero eso corresponde a cada quien 8D juju"

HICE TRAMMMMMMMMMMPAAAAAAAAAAA
Porque ya le, uh, ¿hablo? Pero igual y se entretienen con los cuentos de una timida masa de pan.



TL;DR:
Soy súper gay por Kyu. No homo, though.
Sort of.

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3 comentarios:

  1. *focagay*
    me encantó ;A; <3 es una persona encantadora *lovelovelove* no dudo que puedan conocerse algún dia!
    uy, yo vi esa entrada *v*

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  2. Hanna, no sabes lo que me hace sentir esta entrada. A pesar de que las letras son mi profesión, vocación y pasión, cuando entré en la carrera me "vacunaron". "Tú no tienes nada que aportar, mira a los grandes ¿crees que puedes superarlos?". Mis compañeros "tocados por el don de Arceus" tampoco ayudaban. Cuando escribí mi primer cuento, un compañero me dijo que "era muy triste y solo alguien como yo podía haberlo escrito" (el profe de literatura lo leyó de manera anónima en clase). Quién sabe, tal vez la escritura no era mi camino y debía relegarme a mi papel de lectora. Uno de los sueños de mi vida es escribir un libro de crónicas cotidianas ¡pero ay no, yo no puedo escribir, a nadie le gustaría leerme! Creo que es hora de empezar. No sé como agradecerte.

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