sábado, 21 de julio de 2012

The bright side

De alguna manera me he llegado a convencer de que no todo en la vida de una persona puede estar mal. Si hay problemas en el trabajo, seguro todavía tienes algún amigo que te pueda escuchar o con quien puedas olvidar las cosas saliendo a hacer algo, o si no tienes amigos y te va mal en la escuela puedes echarle un telefonazo a tu mamá para hablar con ella, igual y te peleaste con tus amigos y tu familia y le puedes contar a tu novio. Mira que hasta si te va mal escribes una entrada en un blog y un desconocido te hace el día escribiendo un "¡Ánimo!".

Sólo hice un escrito al respecto, pero, mi vida escolar dio un tropiezo, que se ha sumado a mi ya anterior crisis profesional, la cual no he podido resolver aún, y además implica problemas con mi familia, lo que ahora se hace más y más grande.

Aunque me considero una persona sociable y abierta a la comunicación, me doy cuenta de lo poco que encuentro a personas que deseen hablar o relacionarse conmigo, por lo que soy chica de pocos amigos, así que pocas veces estoy acompañada (Si no estoy en la escuela donde puedo ver a Rodrigo y a Talia, o las esporádicas ocasiones que puedo ver a Mapache, generalmente estoy sola), pero tuve la ingrata avaricia de tener amigas, y escogí unas particularmente difíciles de mantener, y aún cuando me encanta dar cariño (a la gente que he escogido, no voy por la vida diciéndole te quiero a todos: la gente es horrible) es demasiado desgastante ser quien da más. No hay peleas ni gritos, sólo abandono.

Aunado a esto tenemos ahora mis atemorizantes problemas de salud, de los cuales no hablo con particular seriedad, pero que realmente me aterran, preocupan y entristecen.

Y aparte me batearon.

Entonces ¿qué cosa podía estar "bien" en mi vida para no ir a tirarme de un puente, si tenía problemas con amigos, familia, escuela, salud y no tenía dinero ni amor?



Lhu y Maga me invitaron a hacer ejercicio con ellos en la mañana, y aunque realmente nunca he sido fanática de... moverme, mi salud me lo pedía, así que sólo acepté, pensando que sería cosa de un día y a causa de que, finalmente ensayaríamos.


Ha sido la mejor decisión que he tomado en estas vacaciones.


Caminar, moverse, el aire matinal, el ejercicio, sudor, cansancio, de alguna manera todo eso me ha ayudado a seguir viviendo, a dejar poco a poco el enojo, a pensar que tal vez respirar no sea tan malo, tal vez sentirse vivo no es tan asqueroso como siempre me lo imaginé (algún día les diré a que me refiero con esto... tal vez).


Y después de todo el oxígeno en el cerebro, el delicioso masaje a los músculos, sin olvidar ese somático alivio de sentir que estás haciendo algo con tu vida, la jugosa, vital y proteínica felicidad de hacer algo que amas.


La música.


Tocar jazz.


Tocar jazz con ustedes.



2 comentarios:

  1. :( No había leído tu entrada anterior.... de corazón espero que estés mejor.

    Tranquila, entraste en crisis, pero creo es genial que hayas encontrado aldo de descanso y animo en el ejercicio.

    Yo soy igual que tu, ODIO moverme más de lo necesario, pero sin duda llega un momento en el que el cuerpo te lo empieza a pedir...

    ánimo con eso, y con todo en tu vida, tienes un brillante futuro y eso se nota a leguas.

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