jueves, 27 de septiembre de 2012

Hablar con la gente I


-¿Te gusta el anime?
Me caga esa pregunta. Hasta preguntar dónde compraste los zapatos es un inicio de conversación más agradable.
-Si. Dije, resignada a decirle "¿Sabes? Hay más cosas en mi vida que ver anime. De hecho, no he visto anime desde hace tiempo".
-¿Vas a ir al Antares?
Peor todavía. ¿No podía preguntarme otra cosa? ¿Has leído "tal" manga? ¿Has visto "x" serie?
-No lo sé. Me habían invitado a tocar, pero no sé qué pasó con eso.
Un auto se detuvo en doble fila. El hombre que lo conducía no se veía muy agradable.
-¡Me tengo que ir!-dijo la chica, deseosa de continuar la plática- ¡Pero mañana me dices qué es lo que tocas!
Y se fue, en un carro blanco con una enorme estampa de Peña Nieto en el vidrio de atrás.


No todos los sábados de septiembre tenían un clima tan agradable, o por lo menos así lo pensé en ese momento.
Lo miraba a la cara y veía al mismo niño de trece años. ¿Estaría él mirando a la misma niña, también?
-Siempre recordaré el día de mi cumpleaños- dijo sin aviso pero sin sorpresa- que me hiciste un pastel y todos fuimos a comerlo a casa de Milton.
Asentí sonrojada y desviando la mirada.
-Eran buenos días- prosiguió- Todos juntos.
Fueron tres años de alegrías, gritos, risas y estupideces resumidos en una sonrisa y una frase.
-Sí. Eran buenos días.


-Quisiera poder hablar contigo de algo que nos emocionara y nos mantuviera en la plática durante largo tiempo. Ahora que veo algunas de tus publicaciones de repente me encuentro dándome cuenta de lo agradable que me es saber de ti.
-Wow, eso es tierno. Hace algunos años hubiera hecho así ">///>"
-¿Y ahora? ¿Qué tanto has cambiado?
-Ahora prefiero no hacer caritas comprometedoras. Son una pequeña perdición.
-¡Pero qué sensato!
-¿Verdad? Eso te lo aprendí a ti.
-¡Qué halago! Me alegra saber que algo te he dejado~
-Eso y el gusto por los waffles. A veces me acuerdo de ti y lo mucho que has cambiado. O de lo mucho que  me parece que has cambiado.
-¡A mi siguen sin gustarme los waffles! Tal vez sólo no he probado unos que sean de veras buenos... ¿Te acuerdas de mí y luego comparas mis cambios? Es un buen ejercicio, sería interesante comparar las respuestas de ambas percepciones en una misma situación.
-Uhh, eres platonista~ Sí que te gustan los waffles, pero solamente los ideales, los que viven en el Mundo de lasIdeas. Los waffles de este mundo son apenas la sombra de una sombra de esos maravillosos waffles primigenios.
-Tienes la boca llena de razón.
-Con razón a la gente no le gusta discutir conmigo. Han de creer que soy maleducado por hablar con la boca llena.
-¡Eso explica muchas cosas! A la gente no le gusta discutir con la gente que habla con la boca llena, y menos si está llena de razón.

lunes, 17 de septiembre de 2012

¿Esto es lo que haces con la casa sola?

Este fin de semana mis madre se fue a Querétaro aprovechando el puente, y siendo que mi padre ya llevaba tiempo allá me quedé sola en casa.
Antes de irse, me indicó la manera de hacer cosas sencillas para cocinar, en dónde y cómo comprar pescado,  e instrucciones básicas de la casa. No es mi primer temporada sola en casa, pero conozco lo bastante bien a mi madre para saber que me lo decía pensando en que eran indicaciones para cuando viviera sola.

-Pórtate bien. Cuida la casa.

Tengo mis principios bastante bien establecidos, soy consciente de las cosas que debo hacer, y debido a mi reciente mala salud, he descubierto que puedo incluso llegar a ser disciplinada; así que romper las reglas es algo que hago a sabiendas de mis razones (que pueden no llegar a ser buenas, pero también estoy consciente de esto) y consecuencias.

Aunque las cosas que hice este fin de semana violan las ~reglas de la casa~, recordemos que las ~reglas de mi casa~ pueden llegar a ser tan absurdas como un "no te pares cerca de la ventana en la noche con la luz prendida" (esto, lamentablemente, no es un ejemplo que me haya sacado de la manga).

De lo único que me arrepiento es del viernes, y vivirá en mi misándrica consciencia hasta que pueda hacer uso de un mecanismo de defensa freudiano o algo así para superarlo. Por lo que no hablaremos de ello.

Tras la estresante situación del día anterior, el sábado creí conveniente aprovechar el día en disfrutar de mi propia compañía, en realmente gozar la experiencia de estar sola. Y debo decir que logré el cometido.
Aún cuando mi madre está convencida de que mi única alergia son las tareas domésticas, debo puntualizar que de hecho encuentro mucha relajación en hacerlas; no hay nada como tomar el tiempo haciendo del hogar más habitable y ver como las cosas quedan limpias y ordenadas, (además de hacerme sentir como si hubiera hecho algo productivo), así que disfruté el día desde alzar mi cuarto y lavar la ropa hasta recordar que cocinar es de hecho muy agradable, ir a comprar los ingredientes y sentarme a ver Gravity Falls y Adventure Time además de hacer fotos estúpidas con un coordinado que quise hacer nomás porque sí.
Terminando el día leyendo mangas de romances adultos gays, obviamente (simplemente no me puedo sentir relacionada con los personajes que están en la prepa o secundaria y usan uniformes y se preocupan por el futuro de una manera diferente a la mía. Me siento vieja de pensar que esas cosas las veo lejos D:) tomando una copa de vino (inusual, pero quise intentar algo diferente).


Nunca descubriremos por qué pongo caras tan asesinas cuando intento posar. O porque pongo cara de hippie mariguano cuando me toman fotos para credenciales.


Mientras más lo pienso más me doy cuenta de que de verdad soy muy teatrera. A lo mejor y me equivoqué de carrera D:

El día siguiente era la fiesta de cumpleaños de mi sobrina, pero como ya tenía planeado salir con Mapache, con la pena fusioné las salidas (la vergonzosa idea de llegar con la familia de mi hermana y que todos comenzaran con sus cosas de "se consiguió noooovioooo", sólo asumiendo que un hombre + una mujer = noviazgo, no importa quién).

Combinaba con mi sobrina :D

También conocido como "el día en que rompí las medias que más me gustaban" ;________;

Resultó ser una tarde bastante agradable; comimos los platos que quisimos, vimos a los niños ser todos aguados y no cantar nada de "mañanitas" ni "dale y dale" a la piñata. Obvia e inevitablemente todos simplemente asumieron lo que quisieron, pero por lo menos no se comportaron como unos estúpidos como unos estúpidos (resulta que al final no iba tachado) y se dieron cuenta de que ya no tengo doce años y que ya puedo escoger mis compañías sola. (Aún me molesta el hecho de que no crean en la amistad entre un hombre y una mujer, pero a estas alturas me conformaré con lo poco menos cerrados de mente que puedan llegar a ser)

Gastamos el dinero que normalmente usaríamos en café y postres en puros taxis porque el salón estaba hasta donde da vuelta el aire, pero nos divertimos haciendo realmente no sé qué. Y aunque eran ya las doce de la noche, pude invitarlo a entrar a la casa, sentarnos en la sala, y darme cuenta de que había pasado ya bastante tiempo desde que la última vez que entró. Nos miramos en silencio mientras recordaba un día de invierno sentados en el sillón frente a la chimenea encendida con gasolina, con Gladyss peleando con él mientras me abrazaba y yo sólo trataba de concentrarme en jugar el videojuego en la televisión. Pensé en que quería tener más momentos con él, hacer más cosas, y repetir algunas que dejamos olvidadas. También pensé en cómo me gustaría haber podido rescatar aquel vínculo que teníamos los tres.

Todavía tengo que pensar en muchas cosas. Cosas que francamente pude haber evitado pensar, pero ahora que el pensamiento está allí, debo hacerle algo.
Analizarlo, comprenderlo.
Y decidir.



sábado, 8 de septiembre de 2012

"¿Por qué no eres una loli de esas que cargan paraguas?"



Estoy soñando mucho que me voy.
Pensé al despertar. Día tras día la misma cantata; no se trataba de la partida o de la vida allá, a dónde sea que fuese, sino de mi incertidumbre a hacer planes a futuros porque yo ya no estaría en ese lugar.
Me voy a ir. Tal vez pronto, tal vez no. Quizás sea algún lugar muy lejos. Quizás sólo esté muriendo.
Miro el techo y doy vueltas en la cama.
¿Por qué habría de irme?
Estoy a gusto en mi casa, estoy estudiando la carrera que me gusta, me va bien, conozco personas con las que puedo convivir.
¿Por qué?
Mientras volteo los ojos, confundida, pienso que a final de cuentas, si no tenía razones para dejarme caer en el limbo del no saber de despedirme, no tenía por qué hacerlo.
Pensé, como siempre hago para calmar todos los mensajes de mi subconsciente, que eran sólo sueños, aunque todos los demás eventualmente hayan probado ser más que eso.


Los primeros días de todo el revuelo, me encerré en la casa sin saber qué hacer. No podía salir con nadie porque no sabía que iba a pasar al día siguiente, qué es lo que iba a estar haciendo, a qué lugar tendría que viajar, qué papeles tendría que buscar, cuánto dinero tendría que guardar...

En algún momento en el que me hice de un remedo de senda, me di cuenta de que me habían pasado situaciones esencialmente iguales a las de mis sueños de hacía un año. Faltaba un sueño más, pero no lograba (logro) recordarlo.

Aún ahora las cosas no están del todo estables, pero por lo menos estoy segura de que me iré, que es lo único que me tenía en la frustración, así que en algún lugar de mi fantasioso cerebro concebí la idea de que pasaría mis días saliendo con mis amigos: estrecharíamos lazos y formaríamos una relación significativa y suficientemente funcional para continuar con el contacto a pesar de la distancia, viviendo una ilusión eriksoniana de la resolución de la crisis de la soledad. A su vez, terminaría otras relaciones, ciclos, o incluso iniciaría y terminarían en este tiempo.

Patéticamente me di cuenta de que mis relaciones sociales no son las mejores, y de que la verdad era que nadie sabía que me iba a ir. Finalmente me tomé el tiempo de decirle a las personas más cercanas en este último año, y aunque poco, comencé a salir. (Aunque desafortunadamente algunas de esas salidas han tenido que ser a misas de defunción, velatorios y entierros..)

Ando que parezco adolescente alborotado porque Rodrigo sólo puede salir conmigo los viernes, así que ese día agarro mis mejores trapos, puesto que es un día especial~!

El viernes pasado intentamos ir a ver a la orquesta, pero cuando nos salieron con la gata de que era en otro lado y llegamos ya estaba a reventar y no nos dejaron pasar, por lo que decidimos caminar hasta que las ideas sobre qué hacer nos llovieran.

Resulta que sólo llovió.

"En estos momentos me gustaría saber por qué no eres una loli de esas que cargan paraguas..."

Bueno, es que Papá Profeta me ha enseñado que los hombres bien hombres no usan paraguas.

Pero eres una mujer...

Terminamos mojando las sillas en un restaurant hindú, tomando café, comiendo rollos fritos y hablando de alguna cosa extraña por la cual nos habrán juzgado de pervertidos raros en las demás mesas.

Simplemente eso de posar me da mucha vergüenza. A final de cuentas sólo puedo terminar haciendo estupideces...
(Jsk/headbow: White Kitty
Bolero/zapatos: Offbrand
Medias: Bodyline)

También he salido con Mapache, pero nos la hemos pasado de vagos tirados en un sillón o una cama hablando y hablando de cómo somos viejos y poniendo a prueba nuestra amistad arrojándonos "toma 4" en la cara.

Oh, cómo te quiero.

El siguiente viernes, atendiendo a mis constantes lloriqueos, finalmente pude ver a Maga-pon~. Me hizo encojonadamente feliz, saber que estábamos juntos los tres. Fuimos a ver la película de "Los indestructibles 2", estratégicamente calculada, puesto que, además del Jazz, la música, nuestro temor por Talia y la inexplicable amistad que surge cuando tu ritmo puede ir de manera natural con el de otra persona, nos han unido los juegos de disparos, testosterona y referencias a la etapa fálica de Freud (constantemente citada y burlada por mí, no faltaba más...).
Tristemente Talia tenía una tocada y necesitaba los platillos de Maga, así que no pudimos pasar tanto tiempo juntos y tuvimos que ir al Madrid (lugar del que no somos muy afectos -al menos Rodrigo y yo-), pero mientras tanto fuimos felices siendo estúpidos y haciendo planes que tal vez no cumplamos, pero me traen algo de paz al ver que estamos incluidos en ellos.

 Creo que mejoré con eso de las poses. No tuve que hacer ninguna tontería en cámara (aunque ganas no me faltaron). Como sabía que iba a ir a un bar traté de dejarlo más casual .-.
(Falda: Handmade
Blusa/Botas/Headbow: Offbrand
Muñequeras: Muuh
Medias: Bodyline)

Sé que es poco para todo este tiempo, y no sólo estoy consciente de lo ocupados que se encuentran todos, trabajando, estudiando y sobreviviendo sino que también creo que eventualmente encontraremos una manera de mantener esa relación, y ciertamente no me pienso quedar como Rapunzel esperando a que me saquen de la torre, así que también pienso moverme y hacer cosas por mi cuenta (que ya lo hago).

Go for it, Rapunzel Waffle!

sábado, 1 de septiembre de 2012

¿Para quién te vistes?

Últimamente no había sentido nada de ganas de loliar por ahí, y todo porque francamente me he estado sintiendo fabuloso con mi "percepción fashionista" todos estos días~

Me encantan mis atuendos; día tras día combino mi ropa de la manera que me gusta y pruebo cosas que no se me habían ocurrido antes, sacándole un nuevo jugo a mis prendas de siempre.

Mirarme al espejo, independientemente de pensar en si soy o no bonita, o tengo o no el cuerpo que quisiera o me hayan o no cortado el cabello como yo quería (groaaaargh!!!!!!) simplemente digo "me gusta". Me encanta saber que eso que está ahí es lo que está adentro; mi personalidad, mis facetas, lo que me gusta y no me gusta de mí, pero que no me impide desarrollarme.

Aunque la decisión de no entrar a la escuela este semestre involucra muchas más cosas, ésta particular repercusión ha sido un respiro agradable. No tener que pensar en las burlas de mis compañeros o las miradas juiciosas de verme ser yo -porque el problema siempre ha sido que soy muy "yo" a donde sea que vaya, en donde sea que escriba, donde sea que toque- me hace pensar que a final de cuentas, salga o no de mi casa, la que debe estar contenta con mi vestimenta no es la sociedad, sino yo misma.

En teoría debería de haber sido así desde un principio, e incluso ahora parece todo muy buena palabrería, pero la verdadera prueba iba a ser salir con alguien.

El viernes pasado finalmente vi a Rodrigo, que me invitó a ver a su nuevo grupo tocar en un bar al día siguiente, y así lo hice.

Repasé las prendas que tenía, las combinaciones que podía hacer; me probé varios atuendos, pero sólo podía pensar en que si bien unos eran demasiado metaleros, otros eran muy simplones, y se llegaba la hora de irme y yo estaba frustrada como en los viejos tiempos porque la gente hiciera juicios "erróneos" de mí debido a la ropa.

¿Para quién te vistes?

Entonces me abofeteé mentalmente y me tranquilicé.

Sólo necesito sentirme yo. Ser yo en mi ropa.

Otro día seré un waffle metalero, sexy, fodongo, fresa, loloso.

Pero siempre siendo la yo que se siente feliz consigo misma.