domingo, 23 de febrero de 2014

Todos tenemos una anécdota de Mary Chuy

"Marychuy", le dicen, así pegado, muchas veces sólo "Chuy". La primera vez que platicamos hablamos de animales de granja y a qué sabe el pollo sin hormonas, de ser foráneo y del lugar dónde veníamos.

Siendo ella misma cantante, a Marychuy le apasiona lo que hace y es común verla paseando cantando o vocalizando, con un enorme panfleto de partituras de ópera en el brazo.

Su mente se baña en concepciones vocales, y escucha a los cantantes de cada género con especial atención,descubre sus timbres, alturas y técnicas. Descifra el lugar del cuerpo en donde resuena el aire al dar una nota y se la ve cargando globos, inflando y exhalando, buscando mejorar su capacidad de retención de aire.

Hasta ese momento los cantantes que me había encontrado vivían a su reputación en la comunidad musical como irresponsables, soberbios, hipócritas, sin mucho sentido de la rítmica, pocas veces escuchando el acompañamiento, con rubatos donde les diera la gana, y sin embargo ella se encontraba tan fascinada por el canto que cada compromiso que aceptaba, fuera una aria, una misa, una ópera, una canción ranchera, lo cumplía rigurosamente, buscando cómo realizar satisfactoriamente su trabajo.

Nuestra segunda plática no duró mucho, porque a la mitad de la frase chilló con una sonrisa, se acercó a mí expectante, encantada, y con una pasión investigadora como la de un biólogo al encontrar una especie que le cuesta trabajo clasificar, dijo:

-¡Tienes la voz bien grave! ¿Eres contralto, verdad? Se nota un chorro en cómo hablas y luego en cómo te ríes.

No sólo vio que su plática era escuchada, sino interesada y no tardó en ir a la práctica al tomarme de la mano y con una feliz expresión sonrojarme al decir: "vamos a vocalizarte".

Me habló de las teorías que tenía sobre los gustos de cada persona relacionado con su propia tesitura, de su maestro que la inspiró a estudiar, de las diferencias en las coloraturas. Me contó tanto y con tal emoción que me hizo respetarla, admirar su entusiasmo y mucho agrado.

Veo sus expresiones al escuchar a la gente y me doy una idea de lo qué pasa por su cabeza porque esa constante observación es algo que comparto, un perpetuo estado de atención hacia la gente como objeto de estudio, ella con su tema vocal, yo con mi tema del comportamiento humano.

Poco a poco mi aversión a las soprano los cantantes se convierte en vapor y se esfuma cuando la escucho cantar.

-Yo ni siquiera la conocía -platicaba Goyo- cuando yo estaba cantando en el pasillo, camina a mi lado, voltea y dice "Qué bonito vibrato" y se va.

-¡Es que está bonito! -replica, tras soltar una carcajada.

-Las primeras veces que nos hablamos me llevó a un salón a vocalizarme -agregué, riendo.

-Sí, es que todos tenemos una anécdota de Marychuy -responde.

lunes, 17 de febrero de 2014

De como salí a orearme

Esa semana tuve percances de tipo adulto, sorteados entre pagar recibos, hacer decisiones monetarias, averiguar plomeros y descubrir lo poco fiable del trabajo de la gente con la que tuve el placer de encontrarme.
El viernes 7 fue el día elegido por las lolitas para salir a respirar en un mismo lugar y ser felices por allí. El día anterior terminé lo suficientemente cansada y hastiada como para hacerme bolita en mi cama y recluirme en el internet un par de días, sin embargo, y tras algunos contratiempos, pude llegar al punto de reunión.

Todas excepto Gabo estaban allí, lo que me dejó tranquila. Lluvia y Vanna habían explicado que no podrían ir de lolita, pero honestamente yo sólo quería salir a platicar así que realmente no me importó.

Mi técnica de hacer que Lorenita sea la que hable me ayudó porque todas estábamos un tanto a la defensiva, siendo que, aparentemente, cojeamos del mismo pie y somos malísimas para confiar en la gente y hacer conversación. Por suerte Lorena es joven y sin preocupaciones del mundo adulto y nos puede llenar los espacios en las conversaciones con pláticas de preparatoria (y qué bueno porque lo único de lo que yo podía hablar era de mis quejas con la instalación del boiler solar, conseguir plomero y fugas de agua).

Honestamente no me esforcé nada en mi coordinado; cualquiera que me conozca podría reconocer eso como algo que me llevaría a la escuela un día ordinario, pero, de verdad me sentía desganada.

Es el jsk de bodyline baratísimo de cien pesos modificado por mi Madre. Las calcetas me las regaló Vanna de navidad *hnngh*. La gargantilla es mi mariposa de batalla que me regaló Rodrigo cuando recién comenzamos a ser amigos. El reloj es el del Principito que me regaló Mapache en navidad. No sé por qué les digo esto si realmente no les importa~


Lorenita y Lluvia~


Vanna llevó a su pequeña, un encanto de niña, todas reíamos de la chiquilla y su peculiar atención al menú de brillantes colores.

El lugar elegido para la cita fue el frustrado café de la vez pasada, "Maco". La comida no es buena y estaban tan llenos que nos tuvieron que sentar en una mesa con otras personas, pero es muy bonito, como pueden ver.

 
Había más salas pintadas así todas bonitas, pero como estaba todo lleno no pude ir a explorar, espero volver a ir para tener evidencia gráfica y no volver~
¡Muy buen día! ¿Sabía usted ya que soy una imbécil?

Eventualmente Vanna tuvo que irse porque Evanita no podía quedarse a parrandear, Lluvia tenía trabajo y Lorenita es pequeña, así que Gabo y yo llevamos la fiesta a otro lado.


Se veía bien mona pero yo tengo pulso de persona que va perdiendo en un drinking game con tequila.

Ella, en cambio, tras un intento fallido podía sacar buenas fotos.

Tuvimos un percance con un chico que nos hizo reír mucho, además de que nuestra parecida ética y particular sadismo nos hizo acercarnos un poco más. Terminamos hablando de derechos humanos, roles de género, relaciones humanas y de como todas en la comunidad son bonitas y perfectas y una guía de supervivencia a su radiante belleza y habilidades de coordinación.

No sólo fue la fuga de agua de seis días, sino desalientos en la escuela lo que convirtieron esa y la siguiente semana en algo no tan agradable, y si bien tenía planes de hacer estupideces empanadas en línea con Rodrigo, a esas alturas de la vida me sentía tan mal conmigo misma que decidí cancelarlo todo y regodearme en la autocompasión porque #yolo.

Rodrigo me convenció de no ser marica y ese día, a pesar de lo cansado y lleno de aplicaciones de la ley de Murphy, pudo hacerme ver los momentos buenos entre los buenos y hacer una fundición de ambos sin tener que estar parado en lados tan conclusivos respecto al juicio de una situación, de un día, de una "racha".

Mi clase de percusiones con los chicos de segundillo. Quiero quitarlos para el próximo viernes y poder tocar los timbales o las congas, que siempre me quedo con las claves.


 El camino entre facultades adentro de la universidad. Todo está lleno de vegetación bien cuidada, y arbustos con forma de dinosaurio peleando (¿o besándose apasionadamente?) afuera de la Facultad de Derecho.

 
Santa Rosa de Viterbo.

Fui a poner el paquete de Rodrigo en correos. Fue toda una odisea, me lo devolvieron tres veces hasta que le dí lástima a la señora y me dejó mandarlo así como estaba. Se la pinches bañan.
El edificio es muy bonito pero me sentía tan harta que no pude tomarle gran cosa porque sólo quería irme a mi casa a odiarlos a todos en paz.

Llegué a mi casa justo para que Rodrigo me dijera que dejara de ser una nenita llorona y fui por crepas para mi papá y yo (HAHAHAHAHA mi tarjeta no pasó y tuve que regresar a mi casa por dinero). De mi compu y la de mi Pá no se hizo una y no pude videollamarme con Rodrigo, pero igual fuimos estúpidos y felices de vernos las caras.

Al maravilloso día siguiente me llegó un paquete de San Valentín (normalmente no recibo nada... en general, pero esta fecha tampoco es especial) y fue parte de un intercambio/ten-por-favor-recuerda-que-te-quiero con Fernanda y Julia.

Yo, obviamente no mandé nada porque me gusta tener muchos paquetes sin cerrar arriba del piano.
Adornó la tarjeta con motivos pianos y corcheitas y yo no sé qué hice para tener una persona tan mona en mi vida ;____ ;


No, pero ya, en serio, dejaré de procrastinar y la siguiente semana comienzan los envíos de paquetes, así que, hey tú, sí, tú, si yo te debo un paquete: lo recibirás, carajo que si me muero Rodrigo se queda encargado de mandarlo.

Do it for her.
Or something...?






viernes, 7 de febrero de 2014

Wardrobe post. Unvoluntary new Sugar Roses entry

Cuando Rodrigo vino de fugaz visita le pedí opiniones para usar en mi audición y al mostrarle las opciones sólo dijo "Ya hay muchos vestidos que yo no conocía". Creo que no había hecho consciencia hasta ese momento de haber modificado mi guardarropa, pero, ciertamente, en 2013 vendí varias cosas, realicé varios pedidos, aumenté mi adquisición de complementos y le dí a mi clóset mayor forma y -tan sólo un poco- más de unidad.
En vista de esos cambios, y de mis planes de organizarme más para dejar las compras impulsivas que hacía en un principio, las cuales me llevaron a tener un guardarropa sin idea y que poco combinaba, de gustos aleatorios, y acercarme más a un armario funcional más que a un "está bonito y está barato, me lo comprooo", así que decidí hacer un wardrobe post.
Coincidentalmente, en Rosas de Azúcar pusieron ésta como actividad del mes, así que mato dos pájaros de un tiro.
Aquí mi primera actividad como tal.
Pic heavy. Es mi primer wardrobe post, así que, uh, go easy on me.


Vestidos.
Este vestido es especial porque ha sido el único que Mamá me ha hecho. Se lo pedí para mi cumpleaños y me hizo hasta diciembre y eso porque se lo rogué para usarlo en una audición de piano.
 De Kitty Palace. Amo sus diseños con locura, la cual es directamente proporcional a la calidad de la confección de las prendas, lo cual es tristísimo.

La foto que tomé salió muy mal, así que pongo ésta. Adquisición del año pasado, mi primer vestido de IW ; - ;

 El "legendario" Love Nadia.
 En este punto ya no pude evitar que Galleta saliera en las fotos también orz.
 El vestido del review ya modificado.

Como extra pongo dos vestidos civiles que también suelo usar de lolita para coordinados más casualones.

 
Mis vestidos de batalla. El blanco tiene por lo menos seis años.

Faldas.

El primerísimo. Me lo hizo mi madre, pensó que era un disfraz así que no se opuso mucho, años después le vería la crinolina y la odiaría mucho.
 Actualmente la tengo en venta, pero igual la pongo para rellenar.
De Bodyline. Estoy y siempre estaré en negación de que me digan "gothic" por usarla. Classic 5eva baby.

Conclusión: Me gustan las faldas pero no tengo muchas porque... *ver siguiente punto*

Blusas.
Así es. Sólo tengo el impresionante número de DOS blusas (y una es cutsew) que no combinan con el resto del guardarropa.
¿Que cómo he sobrevivido a esto? *ver siguiente punto*

Boleros y Cardigans




Y bueno, supongo que no lo sabían, y de ello quiero hablar luego, pero, antes de ser lolita, fui Ouji. Y planeo retomarlo~


Cositas para el cabello

 
Ahahaha. Soy bien pinche visual y tuve que acomodarlos por colores, gracias.
Los gorros no los puse porque me dio flojera *cone of shame*

Pieceses. O "Footwear"

 También por colores. Aunque no se nota porque no tengo tanta variedad en los tonos. Arriba están las medias y abajo OTK's y ankle socks. Abajo, cortadas de la fotografía, mis calcetas de civil.
Esas botas es lo único que le gusta a la gente de mis coordinados XD


Conclusión y metas.

Resulta claro ver que le falta consistencia a mi estilo, pero ya voy un poco encaminada. Hay carencias en los complementos, esas cosas que harán sacarlo más provecho a las piezas principales, y para esto quiero conseguir:
Blusas. Más zapatos. Bolsas (ahora que sí salgo con gente resulta que sí hacen falta). Boleros más classic.
Aunado a esto está el hecho de que quiero volver al Ouji, así que necesito:
SHORTS DE CALABACITA, NO ME IMPORTA NADA MÁS, DENME VEINTE.
En lo posible, añadir piezas principales más classic y compensar un poco con algo casual.
COMPRAR UN PUTO PETTICOAT QUE SÍ ESPONJE, BENDITO SEAS JESUSAURIO.





domingo, 2 de febrero de 2014

Vacaciones de invierno



Me hubiera gustado ver Thor, pero en cuanto la vi al momento de consultar la cartelera no escogería otra: Carrie.
Fue el primer libro de Stephen King que leí, cuando era apenas una chavala que todavía no conocía la comodidad del cabello corto. Me lo eché en una sentada. El libro fue fácil de leer, sin embargo estaba en un formato que yo como lectora primeriza no conocía, por lo que lo comencé a ver como un libro especial, uno que no estaba escrito como los demás. Años después aprendería que como esos hay muchos, pero es la primera la que cuenta.
Antes de la función fuimos por un café a hablar de los altibajos de vivir solo, contar con poco dinero y ser foráneos.
Reí mucho con sus propuestas indecorosas, y aprecié mucho que pudiera soportar mis comentarios y bromas ocasionales en la película.
Entre mis requisitos para sentirme a gusto con la película, a diferencia de la ochentera, estaban: el tema de la menstruación, encerrar a Carrie en el ático, la madre de Carrie siendo una fanática religiosa, el tema del sexo, Carrie llorándole a su mamá porque los niños de la escuela la tratan mal -después de matarlos a todos-, su amistad con Sue y Tommy, Tommy pasándola bien, el aspecto físico de Carrie.
Obviamente ni pudieron matarlos a todos como Dios manda ni pusieron a Carrie como una chica chaparra, gordita con cabello rubio cenizo, y al parecer es imposible retratar la amistad entre dos mujeres en Hollywood en una película "de miedo", pero salí contenta del cine.
-¿Me darás el sí?
Yo seguía riendo.
-Yo te amo, Kaola, amo tus críticas de cine... La manera en la que te burlas de mí por decirte que te amo...
Carcajeé.
Sí, salí contenta del cine.


Subimos al auto después de la cena y mientras me acomodaba recibí un segundo regalo.
-Éste es por navidad.
Era un sobre amarillo lleno de estampas de correos; avisté el nombre y me sonrojé; abracé al paquete chillando cual puerco que retoza en lodo, me incliné a su lado, enlazando brazo con brazo y enterrando mi cara en su abrigo.
De mi boca sólo salía una vocal y como aún no decía gracias me limité a abrazarlo más fuerte.
Desconcertado me miró, miró el paquete sin abrir y luego inquirió.
-Aaah, ya leíste el nombre...
-Sí. Sí. -apreté los dedos- Gracias. Muchas gracias.



Todas lo sentimos de manera diferente, sin embargo, puedo estar segura de que desde que vimos a su padre acercarse a ella para bailar provocó algo dentro de nosotros. Nos burlamos con fingir llorar, pero la verdad es que si dejáramos la oportunidad, o si hubiéramos sido nosotras bailando con ella, no habríamos podido contenernos.
Estamos lejos, y lo hemos estado durante mucho tiempo. Aún ahora me pregunto cuándo podrá terminar, cuándo podré sentirla a mi lado como todos esos años jóvenes. Y sin embargo, me quiso allí ese día, de entre toda la gente, durante toda la velada, toda la noche y el día siguiente.
Por más raro que se sienta cada vez, eres parte del hogar al que quiero regresar. Siempre.


Ya tenían la campaña comenzada para cuando yo llegué, y después de bailar en inmensos tacones sólo queríamos tumbarnos a jugar. Continuamos hasta las cinco de la mañana. Días después nos volvimos a reunir a terminar el trabajo.
Fueron necesarias dos pizzas familiares, dos litros de té y muchos cambios de control finalmente supimos qué pasó con Chris y Piers.
Shockeadas no dejamos de escupir "nos" y vernos con cara de incredulidad con ojos llorosos.
Nos tomamos un minuto para después lamer nuestras heridas con la campaña de Sherry y Jake. Ese mismo día la terminamos.
Fue nuestro último día juntas.


El coche anduvo.
-Sí que sabes hacer feliz a una mujer. Seguro las traes a todas cacheteando las banquetas.
-No lo creo. No lo hago por nadie. Sólo para ti.
-Juegas bien tus cartas, ¿huh?



En cada salida la mitad del tiempo se invertía en decidir a dónde ir, o vagar hasta encontrar un lugar para vegetar, pero ahora con un auto las cosas requerían un objetivo fijo.
Sin saber a dónde me llevaba le vi una sonrisilla y vi cómo hicimos camino hacia la carretera.
A las once de la noche en invierno era todo muy oscuro y el sendero estaba casi vacío; andábamos por curvas innecesarias y poco a poco el asfalto desapareció para dejar ver sólo terracería.
-Mapache no me mates por favor.
-¿Qué...? No, obviamente...
Detuvo la mirada en las casas vacías, la falta de animales, la tierra, el camino sinuoso, y sólo la luz de los faros del coche iluminando.
-...Ah. Ups.
Se volvía cada vez más difícil andar, así que paró.
-Aquí está bien.
-¿Me vas a fusilar o algo?
-¡No! Sólo baja.
Nos recargamos sobre las puertas y vimos al cielo. Hacía frío, la luna no podía verse y estaba nublado.
-Yo, uh, quería que viéramos las estrellas.
Solté una risotada.
-Seguro en tu mente se veía mejor, Killer Raccoon. Casi anotabas.