domingo, 17 de marzo de 2013

Las cosas que me gustan de mi casa

Frecuentemente me detengo, descanso mi barbilla en mis manos sobre la barra de desayunar y veo la casa, mi casa.

Paseo los ojos por las ventanas, las arañas del techo, la sala, los cuadros, el comedor, el trinchador.

"Pero qué afortunada soy", pienso más de una vez.

Tuve la grandísima suerte de que, en el trato para obtener la casa, el antiguo dueño decidió dejar cantidad de cosas: un comedor rústico, de buena calidad, aunque pequeño para cuatro personas, un trinchador también de madera rústica, de buen tamaño y bien cuidado; dejó arañas (candelabros) instalados en la sala y comedor, así como los cortineros de madera en las ventanas. La cocina está completa, dejó una escalera grande, una televisión, refrigerador y microondas.

De igual manera, mientras hago cosas cotidianas me detengo a ver una imagen y pienso en exactamente qué es lo que me gusta.



 
No tienen nombre, y no creo que los vayan a tener. La primera fue una "donación" de mi hermana, está al lado de un plato que yo pinté cuando estaba en diseño~. La segunda es un belén, fue comprada no sólo porque me gusta la planta, sino porque ese es mi nombre. La tercera es una violeta. Si van a seguir una recomendación mía alguna vez, por favor no la compren, son delicadísimas: delicadas como niña fresa. Ya murieron. Aún me molesta que hayan muerto.


 
Me gusta lo femenino del perchero. No sólo es visualmente agradable, me hace estar muy agradecida de mi ropa cada vez que lo veo.



Tener fruta en la mesa me hace particularmente feliz. La casa se ve más viva, ciertamente, pero también ayuda a la percepción "hay comida" (porque no tienen una idea de lo DEPRIMENTE que es saber que tu refrigerador está vacío, o sentir como no tienes comida ;___; ). En fin, es un enorme respiro y paz al corazón.


Me gusta como combinan las vasijitas en la barrita. Me encantan los diseños mexicanos, de verdad que no tendría de ningún otro estilo (por muy monos que me parezcan los europeos o asiáticos nada me ha hecho soñar tanto como los utensilios del hogar con diseños mexicanos).


El hecho de que mi alacena ya parece una alacena de verdad. Casi como si de verdad cocinara, pudiera atender invitados y no pasara hambre se sintiera como un hogar~

¿A ti qué es lo que te gusta de tu casa?

lunes, 4 de marzo de 2013

Intenté salir un día

Cuando finalmente conseguí averiguar una manera de llegar al centro desde mi casa sin gastar dos horas de camino la gripe me golpeó y ahora estoy de nenaza. No puedo disfrutar del enorme cambio de sentirme delicada o de la voz más suave que obtengo porque sólo quiero lloriquear y que no duela respirar.

Así que mis salidas a conocer la ciudad quedan pendientes. Por suerte en uno de esos días caminé por ahí con la intención de ver solamente.


Hay tiendas de muebles con cosas encantadoras, pero cuando ya has viajado por ranchitos sureños te das cuenta de que en las ciudades se llega a duplicar o triplicar el costo de la pieza traída directa de los artesanos, así que por mucho que quiera ir a verlos o ver adornos, me quiero esperar hasta poder ir con mi hermano e ir a Quiroga.


Si bien ya sabía que en esta plaza habían cosas frikis, no estaba al tanto de que fueran tantas, al punto de que se le conozca como la Friki Plaza. Y con toda razón, son enormes locales llenos de mantas, figuras, series, pins, mochilas, cosplays. No me atreví a entrar, realmente no tenía nada que hacer y desde mis años de secundaria no volví a ser fan de comprar cositas de anime por aquello de que el merchandising que sacan aquí son cosas que me resultan muy inútiles. De cualquier manera el lugar es muy bonito y grande, lo comparten con otros locales de otras cosas y una escuela de idiomas de ascendencia alemana. Al fondo está la zona de comida, igual toda empedrada, con flores y cafés bien adornados. No lo he comprobado de primera mano pero que esté caro me resulta sólo lógico.




Dicen, y confirmo, que los atardeceres aquí son bellísimo. La verdad es que en mi rancho no teníamos de esos. Tienen unos colores muy intensos, con muy bonita paleta y de una extensión grandísima. El cielo anuncia gritando la despedida del sol, y nosotros sólo vemos sus gritos en rojo.








domingo, 3 de marzo de 2013

"No, stop, you're doing it wrong!"

Entré a la sala. Contrastaba con el resto del museo por su arte digital impreso: una serie de figuras sobre un fondo blanco y negro simulando una proyección cinematográfica difusa, al lado, una hoja con lo que parecía ser una explicación, o al menos eso pensé con lo que me dejaban ver mis pobres ojos.

Mi padre salió al poco tiempo, casi sin haber visto nada.
Pensé que sería un poco grosero hacer lo mismo, así que me detuve un poco más a verlas.

Un hombre de mediana edad se me acercó, visiblemente perturbado por el poco reparo que habíamos puesto en las obras.

-No es sólo la fotografía. -dijo- Si lees el poema cobra sentido la imagen y puedes apreciarlo mejor.

La frase era sencilla, pero podía fácilmente empatizar con esa necesidad de vomitar todas las opiniones de una mente que ha recibido mucha información.

Era casi un reclamo, su tono de voz decía "No estás haciéndolo bien."

"Personalmente soy de la opinión que, si una forma de expresión artística se ve en la necesidad de recurrir a otra para que su mensaje sea transmitido no puede ser considerado como arte independiente. Si un libro necesita de una imagen para poder comprender el resto del contenido, probablemente no merezca ser llamada literatura en primer lugar."

Volteé los ojos.

"Pero si eres el tipo de persona que se detendría a decirle a otra cómo debe de disfrutar el arte, compartir mi punto de vista sería lo mismo que hablar con la pared".

-Ah, sí, gracias. -respondí mientras fingía que mis ojos podían dejarme leer los poemas a esa distancia.