viernes, 8 de marzo de 2019

¿Pueden los pobres divertirse?

Veo los anuncios de festivales, bazares, eventos, fotografías de lugares turísticos, cafés, restaurantes, tiendas y recuerdo que no hace tanto las miraba pensando en la distancia o la fecha como únicos detalles que pudieran impedir realizar la actividad.

Me acuerdo de la costumbre del pensamiento, y aunque no fue hace tanto, siento que el recuerdo de la satisfacción y la facilidad del acceso me parecen lejanos cuál memoria de la infancia. Podía pensar en comprar helados en alguna salida, en salir de viaje de un día a algún lugar cercano, en salir una vez por semana a algún café lindo, a comprar un té, un postre. Podía asistir a clases de francés, viajar a la capital a ver a Raziel, ir en automóvil al trabajo, al supermercado. Qué risa es pensar que todo eso ahora lo considero un lujo.

Entiendo un poco eso de "ser pobre es una mentalidad" en el sentido de que, me siento mal de querer "lujos", de querer ordenar comida a la casa, de llevar cierto tipo de cereal al llevar el mandado, de salir a las 10 de la noche a 17 km de mi casa y pensar "mierda, tengo que pedir un uber, es peligroso hacer las dos horas de camino" y sentir que desperdicié tantísimo dinero. Que me dan escalofríos de pensar cómo diablos vamos a pagar la renta y que siempre supe que había que esforzarse mucho para conseguir trabajo, dinero, pero jamás creí que sería así de cruel, trasladarse a los lugares más lejanos y peligrosos por un sueldo que no cubre apenas la renta compartida. Peor es que me siento como la niña más malcriada y caprichuda por no aceptar esos trabajos, por querer algo "justo", que poco a poco se transforma más bien en algo "irreal", un trabajo que no existe, y si existe, no es para mí, que no tengo conocidos, familiares, reputación.

La perra culpa de comprar algo, de no hacer algo, de no tener la seguridad de las cosas básicas. Y luego, la doble culpa del demonio de ni siquiera pensar en la realización personal, en las cosas que quería hacer, en el potencial, en los proyectos, en el talento desperdiciado, si es que existió.

Y a veces los vemos, personas que no tienen certeza de qué comerán al día siguiente, y juegan al fútbol, se cuentan chistes, ven una película en la televisión. Y ríen. Sin certeza, sin resolución, sin necesidades satisfechas. 

"Qué irresponsable".

¿Qué más puede hacer uno? Si me estreso por no tener que comer igual no como.

Mejor me río.

Y nos reímos, nos abrazamos, nos amamos, nerviosos, inseguros de la vida. Pero vivos, e irresponsablemente infelices.

1 comentario:

  1. Hace más de un año de ésta entrada y aunque yo llegué a tu blog por otra cosa (y como es lo último que escribiste) te comento aquí para preguntarte primeramente ¿Cómo estás? :D espero que muy bien a pesar de todo, la pandemia, la crisis, etc.... y segunda ¿Cómo consigo mangas japoneses de Asumiko Nakamura desde México? :P vi que hace algunos ayeres compraste unos a través de Unsuki Plus, pero creo que ya desaparecieron o no tengo los datos adecuados. Agradecería mucho tu ayuda y una nueva entrada en tu blog, un saludo :3

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