miércoles, 28 de diciembre de 2016

RLN4 - Día 1

Como muchos ya saben, este 17 y 18 de diciembre se llevó a cabo la 4a Reunión Lolita & Boystyle Nacional en la ciudad de Aguascalientes, y entre incertidumbres y pérdidas de boletos, pude ir junto a mi bellísima qrew.


Todas las fotos de éste post fueron tomadas por Jess~

jueves, 15 de diciembre de 2016

Visitando al muerto ajeno

Ansiaba tremendamente el puente del día de muertos para poder viajar a cualquier lado, y a medida que hacía la cuenta de los días que tendría libres y a dónde podría ir, descubrí tristemente que no tendría el primero de noviembre libre, cortando todo a la mitad.

A la mañana siguiente de tener mi ensayo con Brenda hablamos de lo que haríamos en nuestro puente, y en menos de veinte minutos terminamos planeando un viaje juntas. Pensamos en muchos lugares, pero al final decidimos ir a Pátzcuaro, con la promesa de ver todo el merequetengue del día de muertos. Una cosa llevó a la otra y terminamos apartando dos asientos en un blablacar al día siguiente para ir a Morelia y quedarnos con uno de sus familiares, quien nos llevaría a pueblear todo el día.


Brenda y su tía... 6 años menor que ella.

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Subir un monolito en tea parties

Terminado el viaje a Cancún, y antes de tener el concierto, tuve la tremenda fortuna de que Raziel tuviera diez preciosos días para estar conmigo en Querétaro~

No documentamos precisamente todo, quizás porque mucho de ello era nosotros dos echados en el sillón viendo películas, series y terminando el Silent Hill 2, pero como es la oportunidad perfecta para salir a tirar rostro, aproveché no sólo para lolear, sino para estrenar el recién llegado y famosísimo vestido de Puppets que tanto me hizo sufrir por un año.

La primer loleada fue para salir a comer a María y su Bici, un lugar hipsterón de comida mexicana muy gurmé. 


What I would like to be


What I really am


lunes, 5 de diciembre de 2016

Córtalo

Lo recuerdo claramente.

Me paré frente al espejo del baño y me miré con intensidad. Me molestaba muchísimo, sobresalía entre el paraje de cabello y sólo se quedaba allí, estático, desobediente. Hundí mi cabeza en el lavabo y abrí la llave sobre el coco hasta que se empapara todo: seguía parado.

Quería borrarlo y poder ver sólo mi cabello lacio, cayendo sin bordos. Tomé las tijeras, lo alcé todo recto y lo podé sin piedad.

Lo miré: estaba aún peor.

¿¡Por quéeeeee?!

Ahora era más corto y notorio, y en mi cabeza no podía comprender como no había desaparecido después de cortarlo, así que pensé en tullirlo más. 

Mi hermana se apareció con ese tono de voz que tienen todos los adultos cuando saben qué algo pasa, pero aún así quieren que lo digas tú.

-¿Qué estás haciendo?

Pensé en mentir, en esconder las tijeras y decir "nada", de esa manera que cualquier adulto sabe reconocer como falsedad, sin embargo mi frustración era genuina; yo no pensaba que hacía ninguna travesura, alguna maldad: yo de verdad quería deshacerme de esos pelos rebeldes.

Le expliqué mi situación, encomendándome a su tal vez mayor experiencia como hermana grande. Se acercó y me dio instrucciones.

-A ver, tu quieres que ya no esté parado, ¿verdad?

-Sí.

-Toma un mechón de pelo y páralo.

-Ahá.

-Ahora piénsalo más corto.

-Sí.

-Sigue estando allí ¿verdad?

-Sí.

-Entonces si lo cortas sólo es más notorio porque los otros son más largos, ¿no?

-...Sí.

-Y esos no se paran ¿o sí?

-...

-Entonces habría más bien que dejarlo crecer.

De repente todo se sentía tan lógico. ¿Cómo pude haber pensado que esa era la solución?

Y así me paro frente al espejo, luego de mi triste corte y cabello que ha pasado por las manos de tres peluqueros y que falla en satisfacerme, tijeras en mano, resistiendo la necesidad de destruirlo hasta que me sienta contenta.

Lo miro.

"Habría más bien que dejarlo crecer".

Dejo las tijeras.