jueves, 15 de enero de 2015

Cosas que hacen sentir muy bien y cosas que hacen sentir muy mal

El 20 y 21 de diciembre se celebró la Tercera Reunión Lolita & Boystyle Nacional con sede en Guanajuato; era un viaje que llevaba planeando desde hacía varios meses, y aunque fue una sufridera lograrlo, el mero día pude estar allí.

sábado, 10 de enero de 2015

Holiday highlights

Las vacaciones pasaron de ser el fastidio de no poder escoger qué hacer con mi tiempo a tener que escoger cuidadosamente de qué manera hacerlo.

Desde que me fui de Durango he concluido después de cada periodo vacacional lo poco que es para la cantidad y calidad de cosas que quiero hacer con las personas a las que quiero ver, dando como resultado varias sensaciones de insatisfacción y susceptibilidades heridas.

Salvo un par de cosas (como enfermarme de las anginas por cinco días) creo que ésta vez logré equilibrar un poco el tiempo entre mi familia, amigos que siempre veo y amigos que casi no. Quiero creer que si no me hubiera enfermado habría podido hacer más cosas los últimos días, puesto que hubo personas que no pude ver y otras que sólo vi una vez.

Hubo cosas resaltables, de las que no hace falta una anécdota seria digna de una entrada completa, asi que para eso están las fotos~

martes, 6 de enero de 2015

Un día primero te moriste

Cuando la gente se muere, los inmediatos días ha de guardarse un respeto superior al que se les haya dado en vida. Es como decía Chava Flores "Cuando vive el infeliz '¡ya que se muera!' y hoy que ya está en el beliz '¡qué bueno era!'". Los muertos son intocables, aunque de nada les sirva ahora que ya no están. Son chapuceros, y asustan: intimidan con su condición. "Y te va a pasar a ti". La gente le teme a los muertos porque en realidad le temen a la muerte, si el siguiente podría ser yo, si estoy listo, si dejaría algo pendiente, si es que allá a donde vaya cuando muera me van a tratar peor de cómo me trataron aquí, o de cómo yo traté aquí.

Y la verdad es que cuando estabas vivo, entre los otros vivos tenías fama de culero, y te la habías ganado, y no te molestaba. Con orgullo te pavoneabas entre los pasillos, golpeando la espalda de los compañeros que te agradaban, lo mismo que te reías por lo bajo de los que no. Te escuché en ocasiones bajar a inútiles y pendejos a personas que yo respetaba y admiraba profundamente, oí los insultos, personales y profesionales, para después saludarlos con un abrazo y decirles un halago.

Varias veces me pegaste, nunca demasiado fuerte, siempre excusándote en el ejemplo de lo que yo debía de hacer. Otras estallabas de coraje y golpeabas la mesa gritando "¡puta madre, que no!", si veías a alguno de los chicos tocar la puerta y no entrar directamente carcajeabas diciéndole desde el otro lado "Pásale, pinche maricón. ¿para que tocas la puerta?". Fue en ese mismo cuarto que lloraste frente a mí cuando aquella chica que era mi compañera, pero también tu esposa cayó de unas escaleras. 

Quedará en mi mente el día que llegaste mariguanísimo a darme clase, pues siempre lo hilé a cuando me dijeron que te habían arrestado por posesión de drogas.

Cuando falleciste no oí nada. Dos días después me llegó como un chisme inconfirmable: nadie decía nada. Tres días después de tu muerte una persona te reconoció oficialmente con un "descanse en paz". No hubo discursos, líneas emotivas o recuerdos inspiradores.

Murió un buen músico. Tal vez no una gran persona, pero sí un pianista capaz.

Aprendí de ti, del músico bueno y del hombre con fama de mamón.

Lo mío son más párrafos, si bien siguen sin haber discursos, líneas emotivas o recuerdos inspiradores.

Descansa en paz.