lunes, 22 de junio de 2015

Review: Ediciones Tomodomo

Quizás no haya sido lo suficientemente clara en el blog, o realmente no me haya dado a la tarea de hacerlo notar -aún-, pero disfruto muchísimo de "Doukyuusei" de Nakamura Asumiko, así como toda esa saga de historias y de ella como artista gráfica en general. Va, que es la única cosa que taggeo como otp en mi tumblr y el único manga que he comprado desde Japón, sin importar que mi japonés sea malo como los chihuahuas.

Hace tiempo mi amiga 'Kary me hizo saber que una editorial de reciente creación en España había conseguido los derechos y planeaba publicar la serie Doukyuusei/Sotsugyousei y en seguida me puse a seguir la noticia.

Aquí el review de una persona que ama la serie, su autora, que puede compararlo con la edición japones y que tiene una fascinación por tomarle fotos a su gata con las cosas que le gustan~

jueves, 18 de junio de 2015

Pretty 'n' sweets~

Iniciadas las vacaciones, finalmente encontré el momento para lolear hardmente. O por lo menos un poco más que la ausencia de loleo los anteriores meses.


 Fui a "La biznaga" después del recital de canto y coro de mis prácticas profesionales. Honestamente no supe qué era lo especial del lugar pero, bueno, ciertamente tenían entre su menú algo llamado "semillas del ermitaño"~

martes, 16 de junio de 2015

Amor


Volví a soñarlo. No recuerdo los detalles, porque era lo mismo de siempre: él, bienvenido en nuestra casa, ellos, con una sonrisa en el rostro, ella, aliviada y conmovida del gesto y yo, buscando salir de allí, ahogada por su incomprensión.

Detuve mi escape y pensé que quería gritar y llorar hasta que no quedara nada dentro de mí, que sería como vomitar la podredumbre en la flora estomacal, que aunque vomitar no es una experiencia agradable, la sensación de bienestar de haber expulsado lo que hizo mal en el cuerpo lo valía.

Me tumbé en el piso, a gritar, a sentir las lágrimas, a berrear.

"Otra vez me voy a despertar llorando. O gritando".

Abrí los ojos, pero no, el cuarto era el mismo, la luz, las sábanas, el silencio matinal.

La semana continuó; sin mucho qué hacerle al asunto, aún si no tuviera tantas ocupaciones.

El condenado martes llegó con la noticia de que el hombre con el que mi padre iba a firmar contrato para la publicación de su novela iba a verlos antes de la presentación del libro de Gabriel, a las seis de la tarde, a la misma hora que mi recital de piano.

Sortearon los lugares para participar y le mandé un mensaje, "voy a ser de las últimas, ¡vaya a firmar!". Al llegar las seis miré al público y lo vi sentado con mi hermana, y recordé lo que me había dicho "si alguna vez sientes que te vas a caer, recuerda que tienes a tus padres atrás de ti, que tienes en quién recargarte".

Lo alcancé en el Teatro de la República en la presentación de Gabriel. Me abrazó emocionado.

-Hija, tocaste precioso.

Me presentó a todos sus amigos escritores y a todos les describió su euforia, mis manos, los dedos, el sonido, su impresión y orgullo.

Mi madre había hablado esa semana, esa ocupada semana.

-¿Estás segura que estás bien, hija? Usted nomás dígame si me quiere allá y me doy una escapada.

Lo pensaba mientras veía las luces de los autos en la noche camino a casa.

Ellos me aman. Soy una persona muy amada.

Entonces, ¿por qué tendría que tener esos sueños?

domingo, 14 de junio de 2015

Suspira y sigue


Tuve la peor audición de mi vida, con el peor repertorio, en el peor momento. Fue un insulto a mi capacidad, a la persona que me lo pidió y a las personas que se suponía ayudaría. Avergonzada, bajé la cabeza y caminé detrás del escenario antes de irme, sin escuchar la opinión de la maestra encargada, sólo un obligado "gracias" y comentarios de los sordos padres de familia, pensando en el mal presagio que significaba la primera presentación de la ocupada temporada de audiciones.

Pensé en aventarme al delicioso drama como es mi costumbre, pero el real fastidio que me daba volver a fallar miserablemente en mis audiciones de fin de semestre de piano me hizo encender un foco de alerta y dedicarme esas últimas dos semanas a practicar como Jesusaurio manda. Debía tocar todo lo que no había tocado y más.

Hice lo que pude, usé días enteros para sacar las piezas de acompañamiento con los cantantes y otros para memorizar las del recital de piano; dejé los videojuegos, las salidas ocasionales y a medida que pasaba el tiempo, más y más cosas surgían entre las prácticas profesionales, el trabajo, la escuela y mi salud, que daba tropezones cada dos días.

Los días importantes llegaron, de ensayos generales, montaje, últimas revisiones y, finalmente, audiciones. De alguna manera libré las cosas del coro y cantantes, pedí demasiados días libres en el trabajo que apenas voy recuperando e hice mi audición final de piano.

Me senté y tardé en comenzar. Recordé a César: "Bach siempre nos chinga a todos". De alguna manera lo terminé y empecé con Haydn; fue mediocre, nada especial, con accidentes y reinicios, pocos matices y menos emoción de la usual, pero terminé. Luego, Schubert. Tomé aire, miré las teclas, repasé mi memoria y toqué. Tuve nervios, tuve miedo, pero luego recordé que me gustaba, que lo quería, por suerte eran seis minutos y varias repeticiones, y lo disfruté, sonreí, golpeaba los fortes, acariciaba los pianos, pisaba la corda al inicio de los cambios armónicos del primer tema, soltaba el pedal en el último tiempo de la secuencia del segundo; me aseguré de soltar la energía de las manos para no lastimarme, de dejarla en los puntos clave, de mover los codos para tener un mejor sonido, de quitar el pedal el último juego de acordes para que no se embarrara, y de dejarlo todo en los últimos staccattos fortísimos: un V y un I.

Me bajé con una estúpida sonrisa en la cara, sólo para temer por mi trasero media hora después, con la mirada de ciervo de la maestra que me llena de escalofríos.

Esas dos semanas me probé a mi misma de qué cosas soy capaz, qué malos hábitos me urgen atender, y qué cosas puedo mejorar. Hice una lista de lo qué debo tomar en mente y cómo quisiera manejar ahora mi tiempo, y aunque he reconocido mis errores, la única cosa que no encaja es: ¿por qué se sintió tan bien, si es que fue tan aparentemente malo?

domingo, 7 de junio de 2015

Flash tapatío

No conforme con el ritmo de las primeras semanas de mayo, para las dos últimas siguió el merequetengue, gracias a que mi hermosa madre me ofreció la oportunidad de renovar nuestras visas y tramitar la de mi padre.

Hubieron algunos cambios, pero al final terminamos yendo a Guadalajara.