viernes, 9 de noviembre de 2012

Et, aprés, elle...



Jusqu'a un seconde elle eté au Mars. Elle a pu sentir que la gravité c'est trés different; elle a voulu il univers, lu ciel. Voulois tous: elle a su tous connaissance. Elle a pris une tasse et a bu la concience. Aprés elle a retourné.

Ella debió haber muerto pero no sé conjugar verbos, claramente.

Palabra por palabra, mientras imaginaba la escena que no podía describir como quisiera, recordé tu cuento, aquel que nunca entendí, aún cuando me lo explicaste. No es de extrañar, puesto que no podía entender muchas de las cosas que pasaban por tu cabeza, las muchas.

Tenías dieciocho cuando lo escribiste, cuando te frustraste porque con seguridad nadie lo había entendido y aún así ganó el premio.

Me sentí lejos de ti, porque aunque lo viera, lo leyera, y te escuchara, carecía de la suficiente comprensión para entenderlo.

Tres años después, en una clase de francés, intentando redactar oraciones acerca de un viaje, escribía y proyectaba en mi cabeza algo que de repente parecía lógico, una idea que resultaba natural, fue entonces cuando esa escena regresó a mi mente, aquella de de pronto parecía creíble, entendible, identificable.

Suspiré, no sólo sintiéndome ridícula al tardar tres años en procesar esa idea, sino riéndome de mí misma, al estar segura de que no era a eso a lo que te referías.

1 comentario:

  1. Parece una reflexión personal... y aunque no entienda del todo, me alegra verte por acá.

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