sábado, 21 de agosto de 2010

Tengo amigos -creo-, pero no sé dónde están.

Ayer salí con Amanda.
Finalmente.
Si estuviste pendiente de mis constantes "Es tan mona", "Está toda pequeña", "Me da miedo porque está bien morrilla", "Creo que realmente no le intereso", "Le estoy rogando mucho ¿verdad?" y "¿Por qué le estoy comprando un regalo si me va a mandar al nabo? u///u" y demás churros quizás sepas que es algo que he estado esperando desde ese horrible junio en que partió a Alemania y dejamos la estúpida salida pendiente...
No estaba tan nerviosa como quisiera.

Usé mi indumentaria kodona, tomé el pollo, y fui a su encuentro (retrasada por la petición de recarga de dinero para el teléfono de mi madre).


El pollo que le regalé. El monísimo pollo. Quiero que ese pollo sea míoooo T____T


Llegué al lugar citado, justo a la hora. No era como planeaba que fuese, puesto que la vi ahí esperando.



Fue cuando supe lo extraño que se veía, una chica vestida así, con un pollo de chocolate en pleno sol frente a una iglesia, dirigiéndose a una niña pequeña que bien podría ser un niño, de 153 cm y complexión demasiado delgada y chica, vestida de negro y con una playera de Dark Funeral.


Cuando me paré frente a ella no pude sino sentirme como una depravada. La niña era realmente pequeña, y yo, todavía llevaba tacones.


Fuimos por las crepas y maldijimos el sol como tema para romper el hielo. No había crepas. Fuimos al otro establecimiento, y en el camino, el pobre pollo comenzó a agrietarse hasta que el chocolate dejara de ser medianamente macizo. Tampoco había crepas.


Compramos un trol que parecía más un flan.

Platicamos, de vez en cuando algún silencio que no quería llenar con mi incesante charla, pero que no desaprovechaba para observarla descaradamente.

Qué transparente es toda ella.

Ocultando la mirada bajo el copete, mirada que no puede sostener por mucho tiempo. Con una pose "relajada" para hacer creer, -más a ella que a su interlocutor-, que lo está. Insegura. Caminando y hablando de manera muy tosca a propósito, para hacer lo posible por proyectar una imagen ruda.


Yo estuve ahí hace algunos años.

Me sonreía cada vez que notaba alguno de estos rasgos, pensando "¿cómo es que no se da cuenta de lo fácil que es leerla?", mientras me enternecía. Se escudaba diciendo que la miraba juzgándola de loca, al igual que antes, más para sí, por no creerse que yo de verdad me interesaba en ella.



Su piecitos de llavero encima de mis piernas embotadas.

Dejamos el local y caminamos un poco más, puesto que tenía que irse temprano debido a compromisos familiares.
Le dije que me parecía muy linda y tsundereó sin saber qué hacer.
No quise molestar demasiado, pero, aún así, y dado que se atrevió a pagar mi consumo, aunque igual lo iba a hacer, la acompañé a su casa. Hablamos de su pobre pollo más deforme que la nada, y la invité a ir de copas alguna vez.
Vive en una de las partes burguesas de la ciudad. Las casas eran enormes y claramente caras.
Llegamos a la suya, la cual, por supuesto, no se quedaba atrás.
No pudo evitarlo más, hablaba de manera tierna, como intimidada; su mirada se cruzaba con la mía y me suplicaba algo. No supe descifrar qué. Quizás sólo quería que la dejar entrar a su casa
Me dijo que esperaba que saliéramos de nuevo. Nos miramos mientras ella seguía ahí siendo linda, hasta que llegaron sus familiares (también vecinos), la saludaron efusivamente, y ya de paso a mí también.
Finalmente nos despedimos y me fui.
Con un sonrisa en la cara y unas ganas enormes de gritar "SCOOOOOOOOOOORE!!!!", instintivamente le mandé un mensaje a Gladyss.
Después recordé que no estábamos bien. Raziel obviamente estaba descartado. Karen no tenía ni jodida idea de nada de esto. Talia tenía muchas cosas en su cabeza. Gaby... Bien, Gaby también está fuera del panorama. Se podrán hacer compañía juntos. Que al cabo no es nada nuevo.


DON'T YOU DARE CALLING ME A TSUNDERE!

Quería decirle a alguien. Quería comadrear y decirlo.

Pensé en las personas a las que no podía decirles por el inconveniente de la ruptura de corazones, ilusiones, lo que sea.
Si quitamos los pretensos, pues, quedan los homófobos y con los que estoy en mal término.
No me duró mucho la felicidad.
Poco después me comencé a deprimir. Luego pensé en que, si lo que necesitaba era desahogarme, sólo necesitaba expresarme.
Me urgía escribir.
Pero el internet me falló (Otro ejemplo de como la tecnología no es tu amiga).
Tuve que esperar hasta hoy. Ya cuando Gladyss (seguro) decidió que, si no tomaba la oportunidad que le di con el mensaje de hacer como que nada pasó, tendríamos que pasar por otro molesto drama, y tuve ensayo, en el que vi a Talia, a quien le comenté lo que pasó y presurosa fue a picotearme las costillas haciendo un "iii" (al parecer su conflicto había sido temporalmente resuelto, aunque le había surgido otro).
Aún así, creo que debo hacerme más a la idea de que eso de los amigos ya no es como antes.
Y de cargar una libreta.
EDIT: Aún así, me disculpo con Mapache~ Quien no es mi comadre, pero nunca le expliqué que no me sentía cómoda contándole ese tipo de cosas, debido a toda nuestra historia, y a su clara homofobia.

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