domingo, 2 de febrero de 2014

Vacaciones de invierno



Me hubiera gustado ver Thor, pero en cuanto la vi al momento de consultar la cartelera no escogería otra: Carrie.
Fue el primer libro de Stephen King que leí, cuando era apenas una chavala que todavía no conocía la comodidad del cabello corto. Me lo eché en una sentada. El libro fue fácil de leer, sin embargo estaba en un formato que yo como lectora primeriza no conocía, por lo que lo comencé a ver como un libro especial, uno que no estaba escrito como los demás. Años después aprendería que como esos hay muchos, pero es la primera la que cuenta.
Antes de la función fuimos por un café a hablar de los altibajos de vivir solo, contar con poco dinero y ser foráneos.
Reí mucho con sus propuestas indecorosas, y aprecié mucho que pudiera soportar mis comentarios y bromas ocasionales en la película.
Entre mis requisitos para sentirme a gusto con la película, a diferencia de la ochentera, estaban: el tema de la menstruación, encerrar a Carrie en el ático, la madre de Carrie siendo una fanática religiosa, el tema del sexo, Carrie llorándole a su mamá porque los niños de la escuela la tratan mal -después de matarlos a todos-, su amistad con Sue y Tommy, Tommy pasándola bien, el aspecto físico de Carrie.
Obviamente ni pudieron matarlos a todos como Dios manda ni pusieron a Carrie como una chica chaparra, gordita con cabello rubio cenizo, y al parecer es imposible retratar la amistad entre dos mujeres en Hollywood en una película "de miedo", pero salí contenta del cine.
-¿Me darás el sí?
Yo seguía riendo.
-Yo te amo, Kaola, amo tus críticas de cine... La manera en la que te burlas de mí por decirte que te amo...
Carcajeé.
Sí, salí contenta del cine.


Subimos al auto después de la cena y mientras me acomodaba recibí un segundo regalo.
-Éste es por navidad.
Era un sobre amarillo lleno de estampas de correos; avisté el nombre y me sonrojé; abracé al paquete chillando cual puerco que retoza en lodo, me incliné a su lado, enlazando brazo con brazo y enterrando mi cara en su abrigo.
De mi boca sólo salía una vocal y como aún no decía gracias me limité a abrazarlo más fuerte.
Desconcertado me miró, miró el paquete sin abrir y luego inquirió.
-Aaah, ya leíste el nombre...
-Sí. Sí. -apreté los dedos- Gracias. Muchas gracias.



Todas lo sentimos de manera diferente, sin embargo, puedo estar segura de que desde que vimos a su padre acercarse a ella para bailar provocó algo dentro de nosotros. Nos burlamos con fingir llorar, pero la verdad es que si dejáramos la oportunidad, o si hubiéramos sido nosotras bailando con ella, no habríamos podido contenernos.
Estamos lejos, y lo hemos estado durante mucho tiempo. Aún ahora me pregunto cuándo podrá terminar, cuándo podré sentirla a mi lado como todos esos años jóvenes. Y sin embargo, me quiso allí ese día, de entre toda la gente, durante toda la velada, toda la noche y el día siguiente.
Por más raro que se sienta cada vez, eres parte del hogar al que quiero regresar. Siempre.


Ya tenían la campaña comenzada para cuando yo llegué, y después de bailar en inmensos tacones sólo queríamos tumbarnos a jugar. Continuamos hasta las cinco de la mañana. Días después nos volvimos a reunir a terminar el trabajo.
Fueron necesarias dos pizzas familiares, dos litros de té y muchos cambios de control finalmente supimos qué pasó con Chris y Piers.
Shockeadas no dejamos de escupir "nos" y vernos con cara de incredulidad con ojos llorosos.
Nos tomamos un minuto para después lamer nuestras heridas con la campaña de Sherry y Jake. Ese mismo día la terminamos.
Fue nuestro último día juntas.


El coche anduvo.
-Sí que sabes hacer feliz a una mujer. Seguro las traes a todas cacheteando las banquetas.
-No lo creo. No lo hago por nadie. Sólo para ti.
-Juegas bien tus cartas, ¿huh?



En cada salida la mitad del tiempo se invertía en decidir a dónde ir, o vagar hasta encontrar un lugar para vegetar, pero ahora con un auto las cosas requerían un objetivo fijo.
Sin saber a dónde me llevaba le vi una sonrisilla y vi cómo hicimos camino hacia la carretera.
A las once de la noche en invierno era todo muy oscuro y el sendero estaba casi vacío; andábamos por curvas innecesarias y poco a poco el asfalto desapareció para dejar ver sólo terracería.
-Mapache no me mates por favor.
-¿Qué...? No, obviamente...
Detuvo la mirada en las casas vacías, la falta de animales, la tierra, el camino sinuoso, y sólo la luz de los faros del coche iluminando.
-...Ah. Ups.
Se volvía cada vez más difícil andar, así que paró.
-Aquí está bien.
-¿Me vas a fusilar o algo?
-¡No! Sólo baja.
Nos recargamos sobre las puertas y vimos al cielo. Hacía frío, la luna no podía verse y estaba nublado.
-Yo, uh, quería que viéramos las estrellas.
Solté una risotada.
-Seguro en tu mente se veía mejor, Killer Raccoon. Casi anotabas.


2 comentarios:

  1. Hola Hana!! Qué linda de tu parte en visitar mi blog :') Vengo a devolver el favor~ Como te dije en mi entrada pasada, me ha encantado tu forma de escribir. Tienes otro seguidor :D

    A mí también me encanta Stephen King!! Es de mis autores favoritos, y Carrie también fue el primer libro suyo que leí. La verdad no recuerdo cuál película fue la que vi, pero no me agradó del todo (como muchas películas basadas en libros). Tendré que checar la nueva a ver qué tal me parece.

    Nos leemos pronto! Saludos :D

    P.D. Ya leíste Doctor Sleep?

    ResponderEliminar
  2. Uy *la pokea tontamente* en serio, deberías escribir un libro de tu vida, por como redactas todo super interesante y bonito D':
    quiero que me cuentes de tus nuevas aventuras, amigos y amores~~~ <3 <3 <3
    Quería ver carrie. pero no sé. U know D; ya hubo una y no es mala, entonces ese miedo racional

    El regalito se ve SUPER COOL

    ResponderEliminar