Finalmente llegué a Durango, con tremendas ganas de ver a toda mi gente querida, a pasear descalza por el piso de mi casa y dormir en la cama más suave y hecha a mi medida.
Pasé tiempo con mi madre. La escuché hablar sobre su dieta, la salud, los cuidados y lo hice feliz de saberla contenta con ella.
Llegué a ver a Raziel los días siguientes, y pudimos explorar la ciudad y ver lo mucho que ha cambiado desde que me fui.
El calvario y el teleférico fueron adecuados de tal manera que son súper bonitos y seguros para los paseos, menos cholos y peligrosos, lo suficiente para burlarnos acerca de los recuerdos de los que serán privadas esas personas ahora que no deben escalar todas esas rocas o evitar las pendientes pronunciadas entre los asientos y los pasillos de abajo.
No tomé fotos turis como normalmente haría porque estaba ocupada alterando mi pulso cardíaco con la compañía. Zero regrets.
Resulta que hicieron un mirador arriba de la estacioncita del teleférico, así que subimos. Mal momento para llevar falda, pero, de nuevo, quien iba conmigo lo hacía todo mejor.
Salí además con Gladyss, fuimos a ver Zootopía y por primera vez en muchas vacaciones no nos pusimos a ver alguna serie, y en vez de eso nos quedamos hasta tarde platicando de reflexiones de vida.
Raziel y yo fuimos a conocer un nuevo museo que hablaba básicamente sobre "Durango y las cosas que tienes que saber del mismo". Tardamos mucho porque soy bien ñoña y me gusta leer y comentar, pero él también, (además de ponerlo a darme una terrorífica cátedra sobre alacranes en el alacranario). Lo que sea es bastante entretenido. O quizás no, mi opinión está viciada porque yo me la pasé muy bien con quien iba, pero puede ser que todo sea por los chistes internos y anécdotas compartidas.
No había ni una maldita nota sobre quién lo hacía hecho, si estaba musicalizado o algo. Sólo fue un "Oh, miren esta cosa vieja con fecha de 1910".
Pasando a las salas de "personas famosas visitando Durango" encontramos esta joya: una guitarra firmada por todos los integrantes de bronco. Y sus firmas que asemejan un caballo. UNA PINCHI JOYA, LES DIGO. (yotambiénloharíafijoquecambiaríatodosmisdocumentosoficiales)
El amor pachón~
Hice que Raziel viera Brooklyn Nine Nine y terminamos toda una temporada. Misión cumplida~
Finalmente tocamos el tema que había estado evadiendo: el vestido de graduación. Así que me puse de acuerdo con Gladyss y el día anterior a mi partida fuimos a que me probarme atuendos. Encontré uno, pero había que considerar uno para la graduación y otro para el concierto.
Mientras me probaba uno que no me gustó nos dimos cuenta de que no podía quitármelo. Cuatro personas lo intentaron, pero después de veinte minutos las tijeras fueron la opción elegida para liberarme.
En el crecer de Durango en mis caminatas en la anterior visita descubrí que Monchy's, una pastelería local de renombre, además de abrir varias sucursales, desarrolló el concepto de "Monchy's café" y abrió varios en la ciudad, así que terminando la última tienda de vestidos, camino a casa, pasamos a uno.
El sábado fue el cumpleaños de Gladyss, y es big deal no sólo por lo obvio, sino porque hace ya varios años que no pasamos un cumpleaños juntas, así que estaba emocionada. Quería comprarle más regalos, pero no me dio tiempo, pero me alegró muchísimo que le gustara lo que le di~
Su familia y personas cercanas la acompañamos a Corleone, comimos pastel y luego fuimos a jugar videojuegos a su casa, por lo menos un rato antes de regresar a Queretown.
Fue poco, pero precioso. Aproveché, y de verdad aproveché el tiempo con mis personas queridas (excepto Rodrigo, lamento haberme quedado dormida mientras veíamos GoT, ahahahaha....), les hice saber lo afortunada que me siento de tenerlas conmigo, cuánto las adoro y quiero en mi vida.
Galleta, como yo, disfrutó a mis amigos, la casa y los variados lugares para dormir~
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